"... después de todo nuestras vidas no son sino secuencias de accidentes: una cadena estrepitosa de sucesos fortuitos. Una serie de elecciones, casuales o deliberadas, que se suman a esa gran calamidad que llamamos vida..." Rohinton Mistry en Un perfecto equilibrio.

"- Lo único que quiero es encontrar la esposa apropiada y reservarla para mi sobrino.
-Como un billete de tren -dijo Maneck, y Om se echó a reir.
-Tienes la fea costumbre de reirte de cosas que no comprendes -dijo Ishvar" Rohinton Mistry en Un perfecto equilibrio.

" ... las sábanas huelen tan mal que procuras no sacar el culo del rectángulo donde has dejado tu toalla. Pero tú también hueles mal. No sudas, eres sudor. Vas pasando a un ritmo acelerado del estado sólido al estado líquido, y tus fluidos ya no saben a tí, saben a la India" Eugenia Rico en En el país de las vacas sin ojos

lunes, 13 de abril de 2009

EN EL DESIERTO....

Hace calor, y mucha. Claro, estoy en el desierto del Rajasthan. Desde las ocho de la manyana el sol es agobiante, y solo sopla una leve brisa cuando cae la noche.





Aun asi, la vida en Pushkar se hace de dia. El pueblo gira en torno al pequenyo lago que hay en el centro, ahi se concentran los ghats, donde los hindues tienen sus templos. Esta ciudad santa, donde estan prohibidos la carne, los huevos, el alcohol y las drogas, marca el lugar del nacimiento de Brahma, y en él se reunen cientos de hinduistas para bañarse en los ghats de su lago, y rezar en el unico templo dedicado a Brahma que hay en la India, y que visitamos arrastrados por un rio de gente. Lo digo en plural porque aunque llegue casi sola, aqui me he encontrado con cuatro chicos espanyoles que conocimos en Calcuta, con las dos mejicanas que perdi por el camino y con Sole... asi que la pandilla ha vuelto a aumentar.


A primera hora de la manyana las mujeres, con saris de vivisimos colores bajan al lago a lavarse y rezar. Despues ya puede comenzar la vida diaria. En la transitadas calles de Pushkar se mezclan los fieles seguidores de Brahma, las vacas y los turistas, todo envuelto por la musica que suena en cada rincon de la ciudad. Es una ciudad tranquila, pequenya, acogedora y viva. Llena de luz y clarida, es una gozada estar aqui despues de pasar por la sucia y caotica Jaipur.

Por la tarde fuimos a visitar el templo que los Sij (es facil reconocerlos porque son los que llevan un turbante cubriendose el pelo) tienen aqui. El sijismo es una religion creada por un guru sobre el siglo XV y que cree en un solo dios, que rechaza todo tipo de discriminacion y que abre sus puertas a todas las personas interesadas. A la entrada nos hicieron cubrir la cabeza y uno de ellos nos acompayo durante todo el recorrido explicandonos sus creencias y sus simbolos identificativos, el mas destacable es que tanto hombres como mujeres no se cortan durante toda su vida el pelo, por ello lo llevan recogido y envuelto en un gran panyuelo. Dentro del templo nos dejaron hacer todas las fotos que quisimos, y a la salida nos invitaron a un Te. La pregunta era facil... cuanto nos iban a cobrar por aquello.... porque en la India todos ponen la mano. Pero nuestra sorpresa fue, que cuando dijimos adios, nadie nos insinuo que teniamos que dejar ningun donativo. Por primera vez en casi un mes, no nos pedian dinero por algo que si lo valia.

Por la noche, en la terraza del hotel de Rosa y Alex, nos reunimos a cenar y a contarnos nuestras experiencias del dia. La verdad es que estando fuera de casa se agradecen esos momentos nocturnos de charla y buen rollito. A las once nos dieron una vela para que siguieramos cenando, porque a esa hora esta establecido que deben apagarse todas las luces de la ciudad. Pushkar es..... acogedora.