RAYADURAS DE UNA ADICTA A LOS BUSES INDIOS...

El haber recorrido tropecientos mil kilometros del sur de la India en bus, con sus correspondientes horas de tortura para mi pompis da para muchas reflexiones. Habre pateado por mas de treinta estaciones de autobuses, de todos los tamanyos, pero con varios denominadores en comun: las estaciones de autobus son lugares sucios, caoticos... pequenyas ciudades donde malviven familias enteras de la limosna o de la venta de pequenyos cachivaches inutiles, y que exaltan los templados nervios de los indios, de hecho ya he visto cuatro peleas de "todo el mogollon contra uno", aunque no he podido entender el porque de ellas.
Llegar a la estacion, normalmente es una tarea facil porque suelen estar en el centro de las ciudades. Si no lo estan, cualquiera puede indicarte el camino. La opcion cara es parar un tuk tuk, discutir el precio, saber que siempre saldras perdiendo, y dejarte llevar; y la barata es seguir al mogollon... los indios no dejan de moverse de un lugar a otro, y las estaciones de bus parece que estan en el centro de sus vidas.
Una vez alli hay que acertar con el bus correcto, y por mucha intuicion y guia que lleves, si los destinos estan escritos solo en alfabeto devanagari, la probabilidad de acierto es nula, asi que toca momento observacion y busqueda de la primera victima.
El primer objetivo son los "hombres de marron" que es el uniforme que llevan los cobradores; una vez te han orientado sobre la plataforma donde debes dirigirte toca volver a preguntar para asegurar la jugada. Esta vez la victima perfecta es el joven estudiante, que se reconoce por llevar pantalones de tela, camiseta y libro o libreta en sus manos; los jovenes que llevan vaqueros no suelen ser utiles; con los hombres mayores y las chicas jovenes, es cuestion de suerte, y las mujeres mayores quedan totalmente descartadas. Una vez reconfirmada la plataforma toca esperar el bus, y volver a asegurarte de que te montas en el bus correcto.
A la hora de subir, no esperes que se respete el orden universal de dejar bajar antes de subir. Varias veces me he quedado atrapada por la mochila en medio de la multitud haciendo tapon, y sin poder ir ni para adelante ni para atras. Si esperas en una parada, que no estas en la estacion, la cosa se complica, porque despues de haber confirmado las tres veces que te vas a montar en el bus correcto, tendras que hacerlo en marcha, mientras el autobus reduce la velocidad, sin llegar a parar, haciendo equilibrios para esquivar a la gente que esta en la calle, hacerte hueco entre la que esta dentro del bus y no perder la mochila.
Una vez dentro no puedes relajarte. Si hay asientos libres no puedes tomarte ni un segundo para pensar donde sentarte, porque antes de que te des cuenta ya los han ocupado. Si consigues el preciado asiento, estas salvada porque ya no tendras que levantarte en todo el trayecto. Nadie absolutamente nadie se levanta para ceder el asiento; ya puede subir una mujer con tres ninyos pegados a sus faldas, una entranyable abuelita o un cojo... nadie va a levantar su culo de la butaca!
Si no has conseguido asiento, que es lo normal, porque en los autobuses publicos las personas parecemos animalillos hacinados camino del matadero empiezan los codazos, roces, la mochila rodando buscando un hueco donde no moleste, tu tambien buscas tu hueco, el cobrador se abre paso a codazos, las personas que van sentadas comen, las madres que van con ninyos los van descargando en los brazos de las personas que van sentadas, uno que escupe por la ventana, otro que se limpia las manos en el asiento de delante, el claxon del bus que no para de sonar.... En resumen, un placido viaje para los sentidos.... pero ahi no acaba todo... Ahora empieza otra aventura, la de esquivar a los tuk tuk que se lanzan a la caza del turista. Porque me rio yo del dengue, de la malaria o de la cagarrinas de la muerte.... a lo que realmente le debe tener miedo un occidental en la India es a morir atropellado por un tuk tuk... estas en sus manos: tu te lanzas, y ellos son los encargados de esquivarte.